Piedra del Aguila, el lugar donde el viento habla. El equipo del LCDA recibe a sus nuevos miembros en los bosques milenarios de la araucanía. El suave crujir de obscuras ramas, que crecen lentamente pero en forma sostenida forman bosques altos y de maderas solidas. Asimismo, el conocimiento crece lento y silencioso para formar sociedades fuertes y sanas. Este es el espiritu que se quiere inculcar a los integrantes del LCDA en el viaje a Piedra del Aguila, un bosque de araucarias milenarios ubicado en la cordillera de Nahuelbuta.
Piedra del águila es un mirador natural desde el que se domina el océano pacifico y la cordillera de los andes y esta ubicado dentro del parque Nahuelbuta. Llegar allí fue el objetivo de la jornada. Partimos temprano desde concepción siguiendo la ruta de Los Ángeles-Angol.
| Vista de Angol desde ruta al parque nacional Nahuelbuta. |
Al llegar al parque lo primero que nos llama la atención es la vegetación, un bosque de coihues cubiertos con líquenes semejantes a barbas.
Al llegar a la zona de camping se organizó el campamento, para luego reponer fuerzas degustando queso de Renaico y un vino apropiado para la ocasión. Luego de planificar la exploración del día siguiente, nos retiramos a las carpas.
Despertamos cuando los primeros rayos del sol cruzaron la bruma del bosque, el silencio solo fue roto por el murmullo de las vertientes y el ocasional canto de un chucao. Preparando nuestro equipo partimos hacia el bosque, para recorrer la ruta hasta la Piedra del Águila.
La caminata tiene paisajes sobrecogedores, cambiando según la altura desde matorral achaparrado, a bosque de coihues y finalmente a bosque de araucarias.
El bosque tiene miles de años, existe una araucaria en particular que bordea los tres mil. Es parte de la tradición fotografiarse dentro de este antiguo ser.
Al llegar a la piedra del aguila nos tomamos el tiempo para disfrutar del lugar.
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Araucarias sobre la piedra. |
Desde la piedra la vista es privilegiada, se domina los bosques del parque, las granjas aledañas, un grupo de volcanes andinos y el Océano Pacifico.
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Vista de bosques en la quebrada bajo la piedra. |
Al volver al campamento se realizo el brindis de rigor, en nombre de la naturaleza y la camaradería entre los integrantes del laboratorio.
En el camino de regreso, se pudo apreciar la tremenda diferencia entre el bosque, y una plantación de pino.
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